martes, 11 de noviembre de 2008

Metal Gear Solid 3: Snake Eater - El origen se revela ante tus ojos


No por nada es uno de los 10 mejores juegos para PS2 en la historia. Un título increíble, con una historia envolvente y una narrativa con un lenguaje cinematográfico que mantiene a cualquier jugador al borde de un ataque de angustia post final de juego. Por todo esto y mucho más que espero ustedes descubran por sí solos, es que esta semana comenzamos a revisar Metal Gear Solid 3: Snake Eater.

Metal Gear Solid es una saga de videojuegos creados por Hideo Kojima y desarrollado-distribuido por Konami (¡grande Konami!). Su primera versión data del año 1987 y llegó hasta el Nintendo convirtiéndose en el primer título que buscaba que el jugador no se volviera loco matando todo lo que se moviese en la pantalla, y al contrario usara el sigilo para infiltrarse donde fuese cumpliendo distintas misiones. Aquí, la constante es el enemigo a derrotar: Los Metal Gear. Se trata de tanques gigantes, algunos mecanizados, desarrollados para disparar armas atómicas a cualquier lugar del mundo y armados hasta los dientes. Generalmente no son gran problema, pero derrotar a todos los tipos que se te cruzan en el camino para evitar que salves al mundo de la destrucción total, son los aderezos que hacen de esta saga uno de los mayores sucesos en la historia de los videojuegos.

Mi primer acercamiento a este juego fue a través de Metal Gear Solid, la versión lanzada en 1998 para Play Station y PC que –hay que decirlo- tuvo tal éxito que llegó a vender seis millones de copias en el planeta (claro, aún no estaba desarrollada bien la internet y no existían los torrents… ja¡). Ya en esa versión un jugador cualquiera podía notar que estaba frente a un desafío interesante, divertido y muy envolvente.

Tiempo después, me he vuelto a encontrar con la quinta entrega de Metal Gear Solid –que conológicamente es la primera de la saga y la tercera de las Solid- titulada Snake Eater. Metal Gear Solid 3: Snake Eater es cronológicamente la primera parte de esta serie, en donde la historia se va mezclando con hechos reales como la famosa Crisis de los Misiles en Cuba. Así, nos vemos transportados en pleno a la Guerra fría -eso que los chicos estudian ahora en la escuela pero que a nosotros nos tenía pensando en la bomba atómica- y asumimos el mando del agenta de la CIA Jack (o mejor conocido como Naked Snake), quien en el año 1964 debe rescatar al científico Nikolai Stepanovich Sokolov, quien antes de desertar de la Unión Soviética estaba al cargo del desarrollo de una nueva arma nuclear que puede cambiar el equilibrio de poderes.

Sin embargo, al final de esta primera parte del juego, se dan a conocer los verdaderos enemigos de Naked Snake -¿o no? Es que la trama es muy buena…- y todo se da vueltas, siendo traicionado por su mentora, la madre de las Fuerzas Especiales estadounidenses conocida como The Boss. Recién aquí, estimados, es cuando comienza el verdadero juego, y podrán deleitarse con una presentación espectacular, digna de cualquier película de James Bond.

Lo destacable a mango de este juego: la jugabilidad. Sí, es reiterativo que diga esto, pero ¿por algo hemos hablado de juegos tan buenos este mes cierto? La jugabilidad es un elemento que cualquier jugador puede medir en los primeros 5 minutos de cualquier juego, y pasa por cómo se sienten los controles, lo intuitivo que puede ser movilizarse por el espacio, y la dificultad que haya para encontrar el botón que se necesita para cada acción. En esto, Metal Gear simplemente rompió todos los récords al incorporar desde sus primeras entregas sofisticados mandos, que permiten que el jugador pueda asomarse desde detrás de un árbol para mirar al enemigo, apuntar desde distancias largas, coger elementos desde el área de desplazamiento, atacar con sigilo por la espalda a los enemigos para matarlos, noquearlos, usarlo como escudo humano o interrogarlos y obtener información. Simplemente, fenomenal.

Respecto al equilibrio del juego, la verdad es que se trata de un juegazo que te permite de buenas a primeras jugarlo sin mucho conocimiento. No es difícil, pero recién a la segunda o tercera vez que lo jueguen lo van a disfrutar en su totalidad, pues a medida que vayan dominando las artes del sigilo y el combate cuerpo a cuerpo –en el que soy muy bueno…- podrán hacer literalmente lo que quieran, incluso acabar con todo un regimiento sin que nadie se entere de nada. Todo es posible, sólo necesitas práctica y un tanto de lógica para intuir lo que los enemigos harán, aunque a veces cueste dado la inteligencia artificial del programa, que a veces, puede provocar que los enemigos no hagan precisamente eso que esperábamos…